La muerte de Marilyn

La muerte de Marilyn


For my friend Douglas Geddes in Scotland.

Nadie había golpeado tan fuerte la puerta de casa. Voy y era la policía. Me preguntan si soy fulano de tal y al contestar afirmativamente sacan sus placas y dicen que quieren hablar conmigo. Los hago pasar. En el pasillo les digo que el timbre no funciona. Me dicen que no vienen a hablar de timbres que no funcionan. Toman asiento y les pregunto si quieren tomar un café. Me dicen que no vienen a mi casa a tomar café. Queremos hacerle un par de preguntas me dicen. Sacan de un maletín unas fotos de mujeres. Cinco fotos de mujeres que me muestran una por una. Me muestran las cuatro primeras y no reconozco a ninguna. Luego me muestran la foto de Marilyn. Les indico la pared donde está su foto con el Chanel Nº 5. Les digo que todo el mundo la conoce, incluso probablemente mi tía Ester Vda. de Miranda.

Me preguntan dónde estuve el 5 de agosto de 1962, entre la 1.20 y la 4.50 de la madrugada. Les comento que en aquel tiempo era guardaespaldas del presidente Kennedy y que en aquellas horas específicas, me encontraba en la Casa Blanca. Les dije: lo recuerdo perfectamente. Me dicen que mi coartada es muy pobre. Que durante todos estos años habían guardado celosamente saliva encontrada en un frasco de barbitúricos en el lugar del hecho. Que nunca habían dado con el ADN hasta aquel día. Que yo era el asesino. Despierto.

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